dic 2013

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domingo, 22 de julio de 2012

Ejerciendo de Director Deportivo

Sin duda, éste es el verano en el que más trabajo he tenido desde que estoy metido en el mundillo del fútbol sala... y con diferencia!

El hecho de aceptar ser Director Deportivo Masculino de mi club, el A.E.Penya Esplugues, aunque sea a los niveles humildes en los que nos movemos, sabía que significaría un trabajo extra que era insalvable si quería hacer las cosas tal y como mi forma de ser me obliga a hacerlas, es decir, serias y lo más cuidadosamente posibles.

Controlar las plantillas (saber quienes están y quienes no, básicamente, porque no somos tan importantes aún como para andar fichando), tener a todos los entrenadores, montar los amistosos de pretemporada y cuadrar con el resto de gente de club que todo esté preparado para el arranque (instalaciones, material...), es faena, pero es llevable.
Lo que me ha hecho dar un extra importante ha sido llevar a cabo la valoración del nivel actual de los equipos, y sobretodo la planificación de objetivos para cada uno de ellos.

Por un lado, porque el trabajo ha sido desde cero, sin referencias, sin una base desde la que partir. Por otro lado, ha costado algo más porque encima todo ha sido recién acabada temporada, sin tiempo para desconectar de verdad algo, y lo cierto es que cuando no te dedicas exclusivamente a esto, el desgaste mental acaba siendo grande.


No me he dedicado a marcar unos objetivos simplemente por categoría (bastante sencillo de hacer siguiendo cualquier pauta sacada de la teoría de libros, clínics, cursos...), sino que he individualizado los objetivos por equipo en función de la valoración del nivel real que he hecho de cada uno de ellos.
La intención es partir de objetivos alcanzables, y en función de la evolución, adaptarlos.

Un ejemplo: no tiene los mismo objetivos un "Infantil B", recién creado, sin base previa, con niños que no se conocen y que vienen de competiciones escolares en el mejor de los casos... que un "Infantil A", con niños que ya se conocen de jugar juntos una temporada entera, que tienen una base, que saben lo que es competir...

Además de intentar marcar pautas comunes en el juego (adaptadas siempre al nivel y edad de los grupos), he intentado también instaurar una metodología de trabajo común entre los entrenadores.


Esto no quiere decir que les marquemos cómo han de hacer absolutamente todo, sino que les ha de servir para llevar una línea de trabajo efectiva (acercarse al máximo al juego, al trabajo global), productiva (aprovechar al máximo las pocas horas de pista de las que disponemos, y más teniendo en cuenta que muchas son en exterior, con trabajo integrado, con más práctica que teoría, con ritmo de entreno que evite pausas excesivas) y organizada (planificar en la medida de las posibilidades de cada uno, para trabajar con coherencia y órden, sin improvisación y con objetivos).

Creo que en el club todo el mundo tiene claro que esto sólo es el inicio, que en una temporada no conseguiremos milagros. Por mi parte espero que se le dé continuidad a la idea que este año se propone y que ha de ser la base para recoger frutos en un futuro.




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